miércoles, 12 de agosto de 2015

La Autopista del sur. Julio Cortázar.

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/la_autopista_del_sur.htmhttp://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/la_autopista_del_sur.htm

El Boom latinoamericano según Cortázar.


El Boom latinoamericano según Cortázar.
https://www.youtube.com/watch?v=4nY9eX-BDvs

Realismo y Realismo mágico.



Realismo y Realismo mágico.
https://www.youtube.com/watch?v=Wb7IYOHZL3Qhttps://www.youtube.com/watch?v=Wb7IYOHZL3Q

Carta a una señorita en París [Cuento. Texto completo] Julio Cortázar



La bruja de abril [Cuento. Texto completo] Ray Bradbury

                                    La bruja de abril. [Cuento. Texto completo]
                                             Ray Bradbury

La bruja de abril
[Cuento.
Texto completo]
Ray Bradbury
En el aire, sobre los valles, bajo las estrellas, sobre un río, un estanque, un camino, volaba Cecy. Invisible como los nuevos vientos de la primavera, fragante como el aroma de los tréboles que se alzaba en los campos a la tarde, ella volaba. Se deslizaba en palomas suaves como el armiño blanco, se detenía en los árboles y vivía en los capullos, abriéndose en pétalos cuando soplaba la brisa. Se posaba en una rana verde, fresca como la menta, a orillas de un charco brillante. Trotaba en un perro zarzoso y ladraba para oír ecos que venían de graneros lejanos. Vivía en las nuevas hierbas de abril, en suaves y claros líquidos que se alzaban de la tierra de almizcle.
Es primavera, pensaba Cecy. Esta noche estaré en todas las cosas vivas del mundo.
Ahora vivía en grillos claros en los arroyos de alquitrán de los caminos, ahora caía como el rocío en una verja de hierro. Era la suya una mente que se adaptaba con rapidez, y volaba invisible en los vientos de Illinois esta noche única de su vida. Acababa de cumplir diecisiete años.
-Quiero enamorarme -dijo.

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http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/la_bruja_de_abril.htm

El gato negro [Cuento. Texto completo] Edgar Allan Poe


El gato negro
[Cuento. Texto completo]             Edgar Allan Poe

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para mí han sido horribles, para otros resultarán menos espantosos que barrocos. Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver en las circunstancias que temerosamente describiré, una vulgar sucesión de causas y efectos naturales.



El guardagujas [Cuento. Texto completo] Juan José Arreola


El guardagujas
[Cuento. Texto completo]            Juan José Arreola
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor...

DIARIO 8-3 TERCER PERIODO 2015

DIARIO 8-3 TERCER PERIODO 2015
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DIARIO 9-3 TERCER PERIODO 2015.

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DIARIO 9-2 TERCER PERIODO.

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