martes, 24 de noviembre de 2015

El Hadafante 9-3

El Hadafante

Valentina Betancur Mesa
Juliana Meneses Velez
Vanerys Echeverri Osorio

9-3
El Hadafante

Valentina Betancur Mesa
Juliana Meneses Velez
Vanerys Echeverri Osorio

9-3
2015

LA ABEJA SOLITARIA 9-2

LA ABEJA SOLITARIA 
  • Estefania Ocampo Gallego
  • Luisa Fernanda Buritica Montoya
9-2

  • Estefania Ocampo Gallego
  • Luisa Fernanda Buritica Montoya
  • 9-2

Game Over 9-1

GAME OVER

ANDRÉS JOSUÉ ZEMANATE
MATEO ACEVEDO
PABLO RODAS
SANDRA GUTIÉRREZ
9-1
GAME OVER

ANDRÉS JOSUÉ ZEMANATE
MATEO ACEVEDO
PABLO RODAS
SANDRA GUTIÉRREZ
9-1


EL TELETRANSPORTADOR ESPACIAL 9-1

EL TELETRANSPORTADOR ESPACIAL
Zaira Mosquera
Laura Vasquez 
9-1 
2015
EL TELETRANSPORTADOR ESPACIAL
Zaira Mosquera
Laura Vasquez 
9-1 
2015

lunes, 23 de noviembre de 2015

Guía didáctica periodo 4- El Boom latinoamericano.

Guía didáctica periodo 4- El Boom latinoamericano.

Guía didáctica periodo 3 - 2015. Mi peor pesadilla.

Guía didáctica periodo 3 - 2015. Mi peor pesadilla.

Guía didáctica periodo 2- Un proyecto de cuento de Gabriel García Márquez.

Guía didáctica periodo 2- Un proyecto de cuento de Gabriel García Márquez.




Pesadilla - Virgilio Díaz Grullón.

Pesadilla - Virgilio Díaz Grullón.


Taller Un proyecto de cuento de Gabriel García Márquez.

Taller Un proyecto de cuento de Gabriel García Márquez.


miércoles, 28 de octubre de 2015

Dalí. Mecano. Canción.



https://www.youtube.com/watch?v=7dbcq7jKLd0
Dalí se desdibuja 
Tirita su burbuja 
Al descontar latidos 
Dalí se decolora 
Porque esta lavadora 
No distingue tejidos 
El se da cuenta 
Y asustado se lamenta 
Los genios no deben morir 
Son más de ochenta 
Los que curvan tu osamenta 
"Eungenio" Salvador Dalí 

Bigote rocococo 
De dónde acaba el genio 
A dónde empieza el loco 
Mirada deslumbrada 
De dónde acaba el genio 
A dónde empieza el hada 
En tu cabeza se comprime la belleza 
Como si fuese una olla expres 
Y es el vapor que va saliendo por la pesa 
Mágica luz en Cadaqués 

Si te reencarnas en cosa 
Hazlo en lápiz o en pincel 
Y Gala de piel sedosa 
Que lo haga en lienzo o en papel 
Si te reencarnas en carne 
Vuelve a reencarnarte en ti 
Que andamos justos de genios 
"Eungenio" Salvador Dalí. 

Realista y surrealista 
Con luz de impresionista 
Y trazo impresionante 
Delirio colorista 
Colirio y oculista 
De ojos delirantes 
En tu paleta mezclas místicos ascetas 
Con bayonetas y con tetas 
Y en tu cerebro Gala, Dios y las pesetas 
Buen catalán anacoreta. 

Si te reencarnas en cosa 
Hazlo en lápiz o en pincel 
Y Gala de piel sedosa 
Que lo haga en lienzo o en papel 
Si te reencarnas en carne 
Vuelve a reencarnarte en ti 
Queremos genios en vida 
Queremos que estés aquí 
"Eungenio" Salvador Dalí

Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech,1 marqués de Dalí de Púbol (Figueras11 de mayo de 1904-ibídem23 de enero de1989), fue pintorescultorgrabadorescenógrafo y escritor español. Se le considera uno de los máximos representantes del Surrealismo.
Salvador Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante.2 3 Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la capacidad de acrisolar un estilo genuinamente personal y palpable al primer contacto, que en realidad era muy ecléctico y que «succionó» de innovaciones ajenas. Una de sus obras más célebres es La persistencia de la memoria, el famoso cuadro de los «relojes blandos», realizado en 1931.
Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. Esta conducta irritaba a quienes apreciaban su arte y justificaba a sus críticos, que rechazaban sus conductas excéntricas como un reclamo publicitario ocasionalmente más llamativo que su producción artística.4 Dalí atribuía su «amor por todo lo que es dorado y resulta excesivo, su pasión por el lujo y su amor por la moda oriental» a un autoproclamado «linaje arábigo»,5 que remontaba sus raíces a los tiempos de la dominación árabe de la península ibérica.

Contexto histórico de la Vanguardia


https://www.youtube.com/watch?v=In5YE9Ixxcs

Vanguardismo desde la pintura.


https://www.youtube.com/watch?v=8Q6FFzATDQM

Literatura Vanguardista.

https://www.youtube.com/watch?v=6Y4vYPF9AHI

martes, 15 de septiembre de 2015

9-3 DIARIO CUARTO PERIODO 2015

https://www.dropbox.com/s/dni0v0dyawrhzbw/9-3%20diario%20cuarto%20periodo%202015.docx?dl=0

9-2 DIARIO CUARTO PERIODO 2015


9-1 DIARIO CUARTO PERIODO 2015


8-3 DIARIO CUARTO PERIODO 2015

https://www.dropbox.com/s/zjtopsgmgbf31wh/8-3%20diario%20cuarto%20periodo%202015.docx?dl=0

8-2 DIARIO CUARTO PERIODO 2015

https://www.dropbox.com/s/z0yi9q5qykka49q/8-2%20diario%20cuarto%20periodo%202015.docx?dl=0

viernes, 11 de septiembre de 2015

Continuidad de los parques. Julio Cortázar.

Continuidad de los parques. Julio Cortazar.  


http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/continuidad_de_los_parques.htm
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/continuidad_de_los_parques.htm



CAPÍTULO 68- Rayuela- Julio Cortázar.

68
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sústalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.
Julio Cortázar
CORTÁZAR, Julio. Rayuela. Editorial Sudamericana, S. A. España, 1963. Página 294.


miércoles, 12 de agosto de 2015

La Autopista del sur. Julio Cortázar.

http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/la_autopista_del_sur.htmhttp://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/cortazar/la_autopista_del_sur.htm

El Boom latinoamericano según Cortázar.


El Boom latinoamericano según Cortázar.
https://www.youtube.com/watch?v=4nY9eX-BDvs

Realismo y Realismo mágico.



Realismo y Realismo mágico.
https://www.youtube.com/watch?v=Wb7IYOHZL3Qhttps://www.youtube.com/watch?v=Wb7IYOHZL3Q

Carta a una señorita en París [Cuento. Texto completo] Julio Cortázar



La bruja de abril [Cuento. Texto completo] Ray Bradbury

                                    La bruja de abril. [Cuento. Texto completo]
                                             Ray Bradbury

La bruja de abril
[Cuento.
Texto completo]
Ray Bradbury
En el aire, sobre los valles, bajo las estrellas, sobre un río, un estanque, un camino, volaba Cecy. Invisible como los nuevos vientos de la primavera, fragante como el aroma de los tréboles que se alzaba en los campos a la tarde, ella volaba. Se deslizaba en palomas suaves como el armiño blanco, se detenía en los árboles y vivía en los capullos, abriéndose en pétalos cuando soplaba la brisa. Se posaba en una rana verde, fresca como la menta, a orillas de un charco brillante. Trotaba en un perro zarzoso y ladraba para oír ecos que venían de graneros lejanos. Vivía en las nuevas hierbas de abril, en suaves y claros líquidos que se alzaban de la tierra de almizcle.
Es primavera, pensaba Cecy. Esta noche estaré en todas las cosas vivas del mundo.
Ahora vivía en grillos claros en los arroyos de alquitrán de los caminos, ahora caía como el rocío en una verja de hierro. Era la suya una mente que se adaptaba con rapidez, y volaba invisible en los vientos de Illinois esta noche única de su vida. Acababa de cumplir diecisiete años.
-Quiero enamorarme -dijo.

Continuar leyendo aquí: 
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ing/bradbury/la_bruja_de_abril.htm

El gato negro [Cuento. Texto completo] Edgar Allan Poe


El gato negro
[Cuento. Texto completo]             Edgar Allan Poe

No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño. Mañana voy a morir y quisiera aliviar hoy mi alma. Mi propósito inmediato consiste en poner de manifiesto, simple, sucintamente y sin comentarios, una serie de episodios domésticos. Las consecuencias de esos episodios me han aterrorizado, me han torturado y, por fin, me han destruido. Pero no intentaré explicarlos. Si para mí han sido horribles, para otros resultarán menos espantosos que barrocos. Más adelante, tal vez, aparecerá alguien cuya inteligencia reduzca mis fantasmas a lugares comunes; una inteligencia más serena, más lógica y mucho menos excitable que la mía, capaz de ver en las circunstancias que temerosamente describiré, una vulgar sucesión de causas y efectos naturales.



El guardagujas [Cuento. Texto completo] Juan José Arreola


El guardagujas
[Cuento. Texto completo]            Juan José Arreola
El forastero llegó sin aliento a la estación desierta. Su gran valija, que nadie quiso cargar, le había fatigado en extremo. Se enjugó el rostro con un pañuelo, y con la mano en visera miró los rieles que se perdían en el horizonte. Desalentado y pensativo consultó su reloj: la hora justa en que el tren debía partir.
Alguien, salido de quién sabe dónde, le dio una palmada muy suave. Al volverse el forastero se halló ante un viejecillo de vago aspecto ferrocarrilero. Llevaba en la mano una linterna roja, pero tan pequeña, que parecía de juguete. Miró sonriendo al viajero, que le preguntó con ansiedad:
-Usted perdone, ¿ha salido ya el tren?
-¿Lleva usted poco tiempo en este país?
-Necesito salir inmediatamente. Debo hallarme en T. mañana mismo.
-Se ve que usted ignora las cosas por completo. Lo que debe hacer ahora mismo es buscar alojamiento en la fonda para viajeros -y señaló un extraño edificio ceniciento que más bien parecía un presidio.
-Pero yo no quiero alojarme, sino salir en el tren.
-Alquile usted un cuarto inmediatamente, si es que lo hay. En caso de que pueda conseguirlo, contrátelo por mes, le resultará más barato y recibirá mejor atención.
-¿Está usted loco? Yo debo llegar a T. mañana mismo.
-Francamente, debería abandonarlo a su suerte. Sin embargo, le daré unos informes.
-Por favor...

DIARIO 8-3 TERCER PERIODO 2015

DIARIO 8-3 TERCER PERIODO 2015
https://www.dropbox.com/s/2xitzmfe9bahfo4/8-3.docx?dl=0https://www.dropbox.com/s/2xitzmfe9bahfo4/8-3.docx?dl=0

DIARIO 9-3 TERCER PERIODO 2015.

DIARIO 9-3 TERCER PERIODO 2015.https://www.dropbox.com/s/2m4wf4dmiasmzfu/9-3.docx?dl=0

DIARIO 9-2 TERCER PERIODO.

DIARIO 9-2 TERCER PERIODO.
https://www.dropbox.com/s/vdt9gox21ahlgjq/9-2.docx?dl=0


domingo, 24 de mayo de 2015

Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)


Sal con una chica que lee (Por Rosemary Urquico)


Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.


Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.


Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.


Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.


Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.


Por lo menos tiene que intentarlo.


Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.


Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.


Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.


Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.


O mejor aún, a una que escriba.



Sal con una chica que no lee. Charles Warnke

Sal con una chica que no lee (Por Charles Warnke)


Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.
Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta. 

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe. 
Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.
Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo continuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida. 


Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza. 


No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y
llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.